viernes, 24 de febrero de 2017

CADA LETRA CON SU MUERTE



Cada letra con su muerte.

             A

Aldana, la bastarda.
Tan alta, tan flaca.
Avanza armada
alzadas las garras
carga balas
clava lanzas. 

Masacra a las masas.
Larvas, las llama. 
Nada la aplaca.

Sangran las almas
avasalladas.
Las barras bravas la atacan
traspasan las vallas. 
¿La lanzarán hasta la trampa
para cazarla?

La malvada salta.
La abaraja la nada.
La parca gana la batalla. 


                E

Clemente Reyes. Mercedes Perez.
Se ven, se pretenden, se temen.
Levemente se mecen.

De repente crecen
vehementes
efervescentes.

Se prenden, se embeben
se entretejen
se meten. 
Se estremecen.

Temen perderse.
Se pertenecen.
Se desprenden.

Se creen excelentes, perennes.
Se exceden. Beben, beben.

¡Dejen, dementes, les espeté!
¡Deben detener ese tren!
¡Eleven preces, recen, recen!

¿Descreen? ¡Herejes!
Se mecen brevemente. 

Beben, beben.
Se ven verdes, enceguecen.
Se repelen.
Perecen.

                          I

¿Vivir sin mí?
           Sin dirigir ni dividir
sin dirimir ni inhibir mi psiquis.
           Difícil.
¿Vivir sin ti, sin mí?
Insistí. 
           Sin fingir, inquirí:
¿Sífilis, tisis, cistitis?
           Distinguí mi crisis.
Inscribí FIN.

                           M
                       

Me manejo muy  mal.
Mágicos momentos me marcaron.
Mis máscaras me muestran
melancólica, mezquina, muy mayor.

Manifiesto mis miedos
materializo mi maldad
mi memoria menesterosa
me mortifica
me molestan mis manos
mendigando mimos. 

Mojigatas misóginos
me marginan.
¿Mis maridos?
Mutilados, malheridos
marcharon. 
¿Mi mamá me mimaba?
Mejor me muero.


                  
              O

Yo no tomo, no cojo,
no corro.

No los convoco.
Son horrorosos.

Como hongos rojos 
con ojos llorosos. 
No son lobos
no son monos
no son como todos los otros ogros.

Son morbosos
ponzoñosos.

Floto con doloroso sopor.

No los controlo.
Opto por lo cómodo.
Corto con todo. 

¡Socorro!


              S

Solía sofocar sus sueños
sacrificar sentimientos.

Siempre solo.

Súbitamente sintió
sonidos siniestros sobre sus sienes.
Sombrías señales se sucedieron. 
Su savia se secaba sin solución.

Sospechó su sentencia.
Se sostuvo
sin subterfugios.

Sigiloso
siguió su sendero
sin sentido.

Soltó sus sostenes superficiales.
Simplemente sucumbió.

"Del libro: Mis máscaras me muestran"

1 comentario:

  1. Rosa, ya tenés el blog abierto. Sólo tenés que aprender cómo manejarlo. Venite cuando quieras y te enseño!!!!! Esto hay que difundirlo!!!!

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