Decidida a investigar
la
esistencia del Pombero
de alpargatas y sombrero,
rumbié para el litoral
y, a riesgo de cualquier
mal
comencé mi derrotero.
Los primeros testimonios
jueron relatos dolidos
de avergonzados maridos
de chicas embarazadas
que se vieron ultrajadas
por algo desconocido.
Más ayá del rancherío
en
esas siestas ardientes
anduve buscando al ente
con fama de cogedor
con fama de cogedor
feroz
eyaculador
según contaba la gente.
De repente apareció
aquel enano orejudo
con modales más bien rudos
y mirada
pervertida.
Yo pensé, muy divertida:
"Caíste al fin, pelotudo".
tomó posesión de mí
bajo su cuerpo caí
desnuda y dispuesta a todo
pero
entonces, jue a mi modo
que sin piedad lo cogí.
La siesta se derretía
y no quiero hacer alarde
pero, ya entrada la tarde
su figura temblorosa
me confirmó que la Yosa
le dio pa que tenga y guarde.
Cuando aquella criatura
que, de forma desprolija
se manoseaba la pija
preguntó: "¿Qué me
pasó?"
Le respondí que jui yo
quien le ajustó las clavijas.
Y se jue desvaneciendo
la leyenda del pombero
enano, petiso y fiero
quien sus poderes perdió
la tarde
que lo agarró
Rosa Rodriguez Cantero.
Genia!!!!! Me estoy matando de risa con una amiga!!!!!
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