Mis vecinas, Flora y Fauna
amigas desde
pequeñas
son dos hermanas queridas
que conocí por Sáenz Peña.
Compañeras de la escuela
en la infancia compartida
el destino separó
nuestros caminos de vida.
Pero descubrí por Facebook
lo que
pareció una broma:
que las tres vivimos cerca
en el Barrio “La paloma”.
Enseguida nos juntamos
pa’ revivir la amistá
y si no podíamos vernos
usábamos el Whatts App.
En nostálgicos momentos
con un vino compartido
me enteré más de sus cosas
y conocí a sus maridos.
Allí comenzó
el problema
pues me gustaron los dos
y traté de seducirlos
para ofrecerles mi amor.
Aunque son hombres
mayores
fornican como dos potros
eso lo fui comprobando
con uno y después con otro.
Abelardo y Ceferino
van seguido pa' mi
rancho
y allí filmamos escenas
culiándonos como chanchos.
En madrugadas calientes
usábamos la Internet
pa’ tener coitos
virtuales
con nuestras cámaras Web.
Pero con
esta cuestión
ahura estamo en el horno
pues tienen los celulares
llenos de
videos porno.
Somos los protagonistas
del sexo desenfrenado
y yo siempre les
alvierto
que tengan mucho cuidado.
Así fue que sucedió
lo
que temíamos tanto
Abelardo se cebó
y, pa’ mostrar sus encantos
el muy boludo subió,
recibió diez mil visitas
porque se viralizó.
Cuando se enteró la Flora
muy molesta y
despechada
subió las fotos al Twitter.
Fue faveada y retwiteada.
Con lo que pasó al momento
Flora se
quiso morir
todos le dieron unfollow
pa' dejarla de seguir.
Y, descubiertos que
fueron
clandestinos amoríos
sin querer nos
convertimos
en el más famoso trío.
Ni lerda ni perezosa
Fauna se unió al
movimiento
y ahura que somos cuatro
cogemos que es un contento.
En nombre de la amistad
a mi parecer, sagrada
que Flora no nos perdone
me parece una cagada.
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